La premisa fundamental para manifestar la vida que anhelamos, según el Dr. Joe Dispenza, radica en adoptar el papel de «observadores» de nuestro futuro deseado y vivir las emociones como si ese futuro ya estuviera sucediendo en el momento presente. De este modo, podemos reescribir los programas y comportamientos limitantes arraigados en nuestro pasado.
Todos poseemos la capacidad de materializar la vida que deseamos. El Dr. Joe Dispenza sugiere que para lograrlo, se requieren tres elementos esenciales: una «intención clara» que define lo que queremos, una «emoción elevada» asociada a ese deseo, y la «coherencia» entre ambas. Sin embargo, muchas personas carecen de claridad en sus objetivos o éstos son ambiguos. Aunque algunos tienen una visión clara de lo que desean, esto por sí solo no garantiza la materialización de esos deseos. Además, sentir únicamente emociones positivas o tener pensamientos positivos no es suficiente.
La persona que visualiza su futuro debe mantener coherencia entre lo que quiere y lo que siente. Es decir, la combinación de una intención clara con una emoción elevada genera coherencia. Cuando alineamos un pensamiento claro con una emoción elevada, creamos un «estado de ser coherente» en el cual nuestros pensamientos y emociones convergen hacia la misma meta u objetivo.
Muchas personas piensan en lo que desean, pero no logran experimentar las emociones elevadas asociadas a ese evento como si ya hubiera ocurrido. En otras palabras, no basta con que una persona simplemente tenga pensamientos sobre cambiar su vida o volverse más próspera, ya que su cuerpo o subconsciente pueden estar en desacuerdo con esos pensamientos. Esto se debe a los programas mentales arraigados en el pasado y a la información almacenada en el subconsciente.
¿Cómo y cuándo fuimos programados?
La programación biológica del ser humano, según Bruce Lipton, se inicia durante el último trimestre de gestación, cuando la madre transmite información al feto mediante procesos epigenéticos.
A través de la sangre, la madre comunica al feto su experiencia del entorno y sus sentimientos. Por ejemplo, si la madre experimenta un entorno de miedo o sufrimiento, su cuerpo produce hormonas de estrés como el cortisol, que son transmitidas al feto. Así, el feto es condicionado o programado biológicamente por las experiencias de la madre.
Después del nacimiento y durante el primer año de vida, el cerebro del niño emite frecuencias delta, lo que indica que permanece en un estado cerebral inconsciente, similar al sueño profundo de los adultos. Entre los 2 y 7 años, el cerebro del niño emite frecuencias theta o zeta, también un estado de baja actividad cerebral. Durante este tiempo, conocido como la etapa hipnótica theta, la mente subconsciente del niño está predominantemente activa. Esto significa que el niño absorbe información sin filtro ni cuestionamiento, incluyendo las creencias y valores de sus padres, entorno y sociedad.
Durante este período crucial de desarrollo, el niño aprende principalmente a través de la observación, la audición y la experiencia directa, sin discernir entre lo correcto y lo incorrecto. Por lo tanto, si los programas o creencias que el niño absorbe durante este tiempo no son adecuados o precisos en relación con temas como el dinero, la vida, la espiritualidad, la salud o la abundancia, estos programas erróneos seguirán influyendo en la vida del niño en la adultez y más allá.
¿A partir de qué edad se inicia el proceso de discernimiento y filtrado de información?
Después de los 7 a 9 años, se inicia lo que llamamos la consciencia tranquila. En este período, la mente consciente se abre, lo que nos lleva a un estado mental creativo.
De los 9 a los 12 años, avanzamos al estado mental beta, caracterizado por el aprendizaje y la concentración. En este estado, la razón opera y las personas comienzan a cuestionar e interpretar la información que reciben. Por ejemplo, si le dices a un niño que ‘’el dinero es malo’’, es probable que comience a cuestionar el porqué de esa afirmación, mostrando un proceso de razonamiento activo.
A partir de los 9 años, la información que recibimos comienza a ser filtrada por nuestra mente consciente. En comparación con los primeros 7 años de vida, donde absorbemos información de manera indiscriminada, durante este período de mayor conciencia, nuestra mente comienza a discernir y procesar la información de manera más crítica.
Por otro lado, la mente consciente, o autoconsciente, es responsable de la toma de decisiones voluntarias, el análisis, el establecimiento de metas y la capacidad de pensar en conceptos abstractos como el amor. Es aquí donde surge la identidad con la que nos identificamos y donde residen la razón y la creatividad.
¿Qué es exactamente el subconsciente?
El subconsciente es como un programa de computadora que guía nuestras percepciones y comportamientos basados en las creencias y programas que ha adquirido a lo largo de nuestras vidas.
El subconsciente es una parte crucial de la mente humana que opera por debajo del nivel de conciencia consciente. Es una parte de la mente que almacena creencias, patrones de pensamiento y programas que han sido acumulados a lo largo de nuestras vidas, a menudo desde la infancia temprana, procesa información a un nivel profundo. Estas creencias y programas pueden ser tanto positivos como negativos, y pueden influir significativamente en nuestros pensamientos, emociones y comportamientos sin que seamos conscientes de ello.
Joe Dispenza explica que el subconsciente es responsable de gran parte de nuestra experiencia diaria y juega un papel fundamental en la creación de nuestra realidad. A menudo, nuestras acciones, reacciones y percepciones están influenciadas por las creencias y patrones almacenados en el subconsciente, incluso cuando no somos conscientes de ello.
El subconsciente es la sede de la memoria a largo plazo y controla una variedad de funciones automáticas del cuerpo, Además, almacena recuerdos y experiencias pasadas que pueden influir en cómo percibimos y respondemos a las situaciones presentes.
La mente subconsciente y la mente consciente
«El subconsciente es una parte de nuestra mente a la que no tenemos acceso de forma consciente. Esto no significa que seamos incapaces de acceder a ella. Simplemente, desde el estado de consciencia en el que, por ejemplo, te encuentras leyendo este artículo, solo tenemos acceso a ciertas partes de nuestra mente que utilizamos para realizar ciertos procesos.»
La mente consciente es la parte racional y analítica, está recibiendo información en todo momento a través de los sentidos que tenemos disponibles. Sin embargo, esta información es mucha y nuestra mente consciente no va a procesar todos esos datos porque hay muchos que no nos sirven. El filtrado de la información, determinando lo que es importante para nosotros, está condicionado por el Sistema de Activación Reticular (SAR), una especie de filtro que tiene nuestro cerebro para avisarnos de qué es importante para nosotros y a qué debemos prestarle atención.
Por ejemplo, si eres un gran aficionado al cine, ya sea de forma profesional o como pasatiempo, tu SAR hará que estés más atento a cualquier información que llegue del exterior relacionada con el mundo del cine. Sin embargo, para una persona a la cual este tema no le interesa, su SAR seguramente pasará por alto esta clase de información cuando la vea en la vida cotidiana.
El proceso del cerebro: Según ciertas investigaciones, nuestro cerebro procesa cuatrocientos mil millones de bits por segundo, de esta cantidad solo somos conscientes de veinte mil bits por segundo. El resto queda registrado en alguna parte del subconsciente. Somos conscientes del 5% de la información que nos llega del exterior; el otro 95% queda almacenado en el subconsciente. En el subconsciente se almacenan también los hábitos que tenemos.
Por otro lado, el subconsciente es aquella parte que se encarga de las tareas automáticas del cuerpo. Estas tareas son, por ejemplo, los procesos de digestión, el latir del corazón, la expansión de los pulmones, etc.
Pero hay algo muy importante que debes saber: en primer lugar, que la mente subconsciente no piensa. Aunque la mente subconsciente no piensa, aún así, tiene a cargo los procesos automáticos del cuerpo o gestionar nuestros hábitos. ¿Cómo es posible? Recordemos que la parte correspondiente a lo racional y analítica es la parte consciente de nuestra mente; es ahí donde se realizan esa serie de procesos. Nuestro consciente, al recibir estímulos desde el exterior, los procesa, analiza y los etiqueta.
El subconsciente, por otro lado, simplemente asume como cierto lo que la parte consciente le dice. Se podría decir que el subconsciente podría ser la locomotora de un tren, y el consciente su conductor; la maquinaria obedece. No cuestiona, no analiza las órdenes recibidas del conductor, no se queja; simplemente hace lo que el conductor le dice en todo momento.
Dispenza también destaca la diferencia entre la mente consciente y el subconsciente, señalando que mientras la mente consciente es responsable de la toma de decisiones y el análisis lógico en el momento presente, el subconsciente es mucho más poderoso en términos de influencia sobre nuestras acciones y comportamientos. Según él, hasta el 95% de nuestras acciones y comportamientos provienen del subconsciente, mientras que solo el 5% proviene de la mente consciente.
Funciones de la mente consciente y subconsciente
La mente consciente
Supervisa el sistema nervioso central y las acciones voluntarias de los músculos.
Razona de manera lógica.
Decide aceptar o rechazar voluntariamente.
Realiza análisis inteligentes basados en conocimientos probados, experiencias sensoriales, deducciones y educación.
Su capacidad de análisis es limitada ya que puede ser influenciada por el inconsciente.
Mente Inconsciente o subconsciente
Controla el sistema nervioso autónomo.
Gobierna los músculos involuntarios y los órganos y glándulas del cuerpo.
Regula funciones, sensaciones y condiciones físicas, incluyendo el sistema circulatorio y el aparato digestivo.
Razona de manera analógica, codificando y procesando símbolos.
No rechaza, sino que analiza la información a partir de otros datos ya aceptados (posee programas propios y los ejecuta).
en resumen: Según Joe Dispenza:
La mente consciente es la parte de la mente que está activamente consciente del entorno, de los pensamientos y de las acciones en el momento presente. Es donde se toman decisiones, se analizan datos y se procesa la información de manera lógica y racional.
La mente subconsciente es la parte de la mente que opera por debajo del nivel de conciencia y que almacena patrones de pensamiento, creencias y hábitos. Es la sede de la memoria a largo plazo y controla las funciones automáticas del cuerpo, así como las respuestas emocionales y los comportamientos aprendidos.
¿Cuál es la función de la mente subconsciente?
Según Bruce Lipton, la función principal de la mente subconsciente es la grabación y repetición de patrones de comportamiento. Durante los primeros años de vida, específicamente desde el nacimiento hasta los 7 años, operamos predominantemente con la mente subconsciente. Durante este período crucial, nuestro subconsciente registra las creencias, hábitos y comportamientos que necesitamos para desenvolvernos en la vida, y luego los repite automáticamente en el futuro.
Por ejemplo, aprendemos a caminar, hablar, lavarnos los dientes, etc. gracias a la capacidad de nuestra mente subconsciente para grabar y repetir estos procesos. Una vez que estos comportamientos se han grabado en el subconsciente, se convierten en hábitos automáticos. Esto simplifica nuestra vida diaria, ya que no tenemos que aprender nuevamente estas acciones todos los días. Por lo tanto, podemos realizar actividades como caminar, conducir o hablar de manera automática, simplemente porque nuestra mente subconsciente ha registrado y almacenado la información necesaria para realizar estas acciones. En resumen, la mente subconsciente opera según el principio de «grabar y repetir», graba información y la ejecuta, lo que nos permite realizar actividades cotidianas de manera automática y eficiente.
¿Cómo se programa el subconsciente?
El subconsciente recibe la información del consciente, esta información no es cuestionada ni analizada, simplemente se asume. Por lo tanto, la forma en la cual se programa el subconsciente es mediante patrones de pensamiento.
El subconsciente es altamente susceptible de programarse en dos condiciones: alto impacto emocional, frecuentemente conocido como trauma, y repetición de pensamientos o autosugestión.
Formas en las que se programa el subconsciente:
Experiencias de la Infancia:
Durante la infancia, cuando somos más susceptibles a la influencia externa, nuestras experiencias y las interacciones con nuestras figuras de autoridad, familiares y entorno pueden dejar una marca significativa en nuestro subconsciente. Estas experiencias tempranas pueden crear patrones de pensamiento y creencias que persisten en la vida adulta.
Repeticiones y Hábitos:
El subconsciente es influenciado por la repetición y la práctica regular de ciertos comportamientos, pensamientos o emociones. Cuanto más se repiten ciertos patrones, más arraigados se vuelven en el subconsciente.
Impacto del Medio Ambiente:
El entorno en el que vivimos y las personas con las que interactuamos también tienen un impacto en la programación de nuestro subconsciente. Las influencias culturales, sociales y familiares pueden contribuir a la formación de nuestras creencias y valores subconscientes.
Emociones y Experiencias Traumáticas:
Las experiencias emocionales intensas, especialmente las traumáticas, tienen un impacto profundo en la programación del subconsciente. Las emociones negativas asociadas con eventos traumáticos pueden quedar atrapadas en el subconsciente y afectar nuestras respuestas emocionales y comportamientos futuros.
¿Por qué reprogramar el subconsciente?
La necesidad de reprogramar el subconsciente se presenta cuando los programas o creencias adquiridos durante la infancia, específicamente entre los 0 y 7 años, no son adecuados o beneficiosos para nosotros en la vida adulta. Por ejemplo, si el subconsciente ha grabado la idea de que el dinero es ‘’algo malo’’, continuaremos repitiendo esa creencia a lo largo de nuestra vida, a menos que tomemos medidas para reprogramar nuestras creencias.
Este proceso de reprogramación es crucial porque las personas a menudo experimentan dificultades con el dinero y se preguntan por qué no logran tener éxito o alcanzar sus metas financieras. La respuesta radica en que no han tomado el tiempo para cambiar sus programas subconscientes. Pueden cambiar sus objetivos o estrategias, pero si no modifican sus creencias fundamentales, seguirán enfrentando los mismos obstáculos.
Por ejemplo, pueden desear tener éxito financiero, pero si mantienen la creencia arraigada de que el ‘’dinero es malo’’, seguirán saboteando sus propios esfuerzos. Es esencial entender que para obtener resultados diferentes, es necesario cambiar no solo las metas y acciones, sino también las creencias subyacentes. De lo contrario, se perpetuará un ciclo de problemas financieros o insatisfacción.
En resumen, la reprogramación del subconsciente es esencial para romper patrones limitantes y abrir el camino hacia el éxito y la realización personal.
¿Por qué cambiar nuestras creencias?
«Las creencias internas crean nuestras experiencias».
La mente subconsciente opera para alinear nuestras creencias internas con nuestra realidad. Nuestra realidad refleja lo que está arraigado en nuestro interior: nuestras creencias.
Por ejemplo, si creemos internamente que el dinero ‘’es algo negativo’’, nuestra realidad se manifestará de manera acorde, es decir: podemos deshacernos del dinero o adquirirlo solo para perderlo posteriormente. Esto se debe a que la mente busca mantener la coherencia entre nuestras creencias internas y nuestra realidad.
Por lo tanto, si nuestra realidad no coincide con lo que deseamos, la causa subyacente son nuestras creencias internas, generalmente establecidas durante los primeros años de vida, entre los 0 y 7 años.
«Por lo tanto, cambiar nuestras creencias implica cambiar nuestras experiencias»
Bruce Lipton sostiene que nuestras creencias, formadas principalmente durante la infancia y los primeros años de vida, son el principal determinante de nuestra salud, éxito y bienestar. Estas creencias se almacenan en el subconsciente y actúan como filtros a través de los cuales interpretamos el mundo que nos rodea.
CADA PERSONA CREA SU REALIDAD
Hasta hace poco, se creía que los genes dictaban nuestro destino, lo que llevaba a la idea de que éramos esencialmente autómatas controlados por nuestra genética. Nuestros cuerpos, salud e incluso comportamientos se atribuían al ADN que heredamos de nuestros progenitores en el momento de la concepción, y se consideraba que el núcleo celular, que contiene la mayoría de los genes, actuaba como el centro de mando. No obstante, el Dr. Lipton descubrió que el verdadero control de las funciones celulares recae en la membrana celular. Esta membrana sirve como puente entre el ambiente interno y externo, con hasta 100,000 receptores diferentes en su superficie, cada uno capaz de detectar señales ambientales.
La percepción de estas señales a través de nuestros receptores configura nuestra realidad, lo que significa que nuestra identidad biológica está moldeada por la combinación única de estos receptores, que varía de persona a persona. Por lo tanto, existen literalmente miles de millones de formas distintas de percibir la realidad. En otras palabras, creamos nuestra realidad a partir de nuestras creencias.
Durante el segundo trimestre del embarazo, la mente subconsciente comienza a registrar todas las sensaciones e información percibidas. Además de controlar las funciones autónomas del cuerpo, como los músculos, la respiración y la digestión, la mente subconsciente es una supercomputadora capaz de procesar información un millón de veces más rápido que la mente consciente. Este subconsciente también maneja miles de funciones corporales y contiene una base de datos de comportamientos preprogramados, la mayoría de los cuales se adquieren a través de experiencias de aprendizaje. Es un mecanismo rígido que reacciona automáticamente a los estímulos, interpretando el presente solo a través de los cinco sentidos.
En términos generales, solemos creer que tenemos el control total sobre nuestras vidas. Sin embargo, los neurocientíficos han revelado que entre el 95 y el 99 por ciento de nuestro comportamiento está influenciado por la mente subconsciente. Mientras que la mente consciente actúa como el piloto, la mente subconsciente funciona como el piloto automático, ejecutando comportamientos programados sin la intervención consciente. Esto implica que solo entre el 1 y el 5 por ciento de nuestras acciones, pensamientos y palabras son controlados conscientemente, mientras que el resto está dirigido por el subconsciente. En caso de un conflicto entre ambas mentes, la subconsciente será la ganadora.
¿Cómo influyen mis creencias en los resultados que obtengo?
Imaginemos un simple ejemplo con tres semillas: una de manzana, una de mango y una de melón.
¿Es cierto que las tres necesitan ser plantadas para crecer? Sí.
¿Necesitan todas agua y sol? También es cierto.
Además, las tres requieren cuidados y abono.
Después de un tiempo, todas dan su fruto. Pero aquí está la pregunta crucial: ¿Mis acciones, como sembrar, regar y cultivar, determinaron que la semilla de manzana produjera manzanas, la de mango mangos, y la de melón melones? La respuesta es no.
¿Entonces qué fue lo que determinó los frutos?
¡Las semillas!
Las semillas son las que determinan el tipo de fruto que se produce. De manera similar, tus creencias internas son las que determinan tus resultados.
Es evidente que las acciones son importantes, pero no importa cuánto hagas, qué acciones tomes o qué negocio emprendas hoy. Los resultados que obtengas estarán determinados por tus creencias internas, no por tus acciones.
Los resultados negativos que estés experimentando actualmente se deben a tus creencias pasadas, no a tus acciones presentes.
En resumen, independientemente de tus acciones, tus resultados estarán determinados por tus creencias.
entonces, ¿Cómo cambiar o alcanzar nuevos resultados?
Para transformar los frutos o resultados que estás obteniendo, ¿qué debes hacer exactamente?
La respuesta es simple: cambiar las semillas.
Sí, cambiar los sistemas de creencias equivale a sembrar la semilla correcta.
Esto implica reprogramar tu subconsciente con nueva información.
En conclusión, antes de aspirar a la riqueza, la salud o conseguir resultados nuevos en cualquier aspecto de tu vida, es fundamental modificar tus creencias para que estén alineadas con esos objetivos.
No puedes esperar alcanzar la riqueza o la salud si no posees las creencias que respalden esos logros. Por lo tanto, si deseas ser próspero, es necesario sembrar la mentalidad adecuada y tomar acciones iniciales para programar tu mente en esa dirección, lo mismo aplica si buscas mejorar tu salud o cualquier otro aspecto.
Por ejemplo, si deseas mejorar tu salud, en lugar de ir directamente al gimnasio, es crucial tomar una acción previa: programar tu mente con información positiva relacionada con la salud. Esto implica practicar afirmaciones positivas y visualizar a una persona saludable. Al llevar a cabo estas acciones, estás sembrando la semilla de una mentalidad saludable. Como resultado, sentirás naturalidad y fluidez al ir al gimnasio, sin esfuerzo adicional. Habrás establecido una base sólida para mantenerte comprometido con el proceso de mejorar tu salud, ya que has plantado la semilla y cambiado tu mentalidad como el primer paso o la primera acción para respaldar este objetivo.
¿cómo reprogramar el subconsciente?
Aunque no tenemos acceso directo a nuestro subconsciente de la misma manera que tenemos acceso a nuestros pensamientos conscientes, Dispenza y otros expertos sugieren que podemos influir en él a través de técnicas.
Al reprogramar conscientemente el subconsciente, podemos cambiar la forma en que percibimos el mundo y cómo respondemos a él, lo que a su vez puede conducir a cambios positivos en nuestras vidas.
Formas de reprogramar el subconsciente
Bruce lipton propone los siguientes métodos específicos:
Hipnosis:
Bruce Lipton explica cómo podemos aprovechar el estado de receptividad conocido como ‘’Theta’’ para reprogramar nuestra mente de manera consciente.
Este estado Theta es accesible para cada uno de nosotros dos veces al día: justo antes de quedarnos dormidos y justo al despertarnos.
Durante estos momentos de transición, nuestra mente pasa de su estado activo Beta a Alfa y luego a Theta antes de entrar en el estado Delta mientras dormimos.
El estado ‘’Theta’’ es especialmente receptivo a las visualizaciones y sugerencias, lo que lo convierte en un momento óptimo para introducir nuevas creencias y comportamientos en nuestro subconsciente.
Una forma de hacerlo es escuchar cintas subliminales, audios de autoayuda durante este período para sobrescribir programas limitantes con nuevas creencias y patrones de comportamiento que deseamos experimentar.
No es necesario acudir a un hipnoterapeuta; simplemente podemos utilizar audios que nos empoderen para llevar una nueva información a nuestra subconsciente.
Repetición:
Aquí hay un hecho interesante: la mente subconsciente no conoce la diferencia entre lo que se imagina vívidamente y lo que es real.
Este enfoque se asemeja a aprender una nueva habilidad física o desarrollar un nuevo músculo en el cuerpo.
Al igual que con cualquier nuevo aprendizaje, la práctica constante y la repetición son fundamentales para su dominio. Del mismo modo, al practicar conscientemente nuevos pensamientos y acciones con sentimiento y repetirlos a lo largo del día, estamos fortaleciendo y consolidando estos patrones en nuestro subconsciente.
Cada repetición es como una capa adicional de pintura en el lienzo de nuestra mente, construyendo gradualmente la imagen de la realidad que deseamos manifestar. Aunque al principio pueda parecer desafiante o incluso poco natural, con el tiempo y la persistencia, estos nuevos patrones de pensamiento y comportamiento se arraigan más profundamente en nuestro ser, transformando nuestra forma de percibirnos a nosotros mismos y al mundo que nos rodea.
Por lo tanto, comprometernos con la práctica regular de nuevos pensamientos y acciones positivas, acompañados de sentimientos, es una poderosa herramienta para reprogramar nuestro subconsciente y crear la vida que verdaderamente deseamos vivir.
Como dice Bruce, esto no puede ser simplemente notas adhesivas en el espejo, esto debe ser sentido y experimentado.
Se trata de vivir y experimentar conscientemente esos pensamientos y acciones como si ya fueran una realidad. Al hacerlo, estamos enviando señales claras a nuestro subconsciente.
Por ejemplo, si estamos trabajando en mejorar nuestra autoestima, podríamos practicar la afirmación diaria de «Soy valioso y merecedor de amor y respeto». Al repetir esta afirmación varias veces al día, ya sea en voz alta o internamente, y al conectarnos con la emoción de sentirnos valiosos y amados, estamos enviando un mensaje claro a nuestro subconsciente de cómo queremos sentirnos y ser percibidos.
Cada vez que repetimos esta afirmación con convicción y sentimiento, estamos fortaleciendo la conexión neuronal asociada con la autoestima positiva y la autovaloración. Con el tiempo, este nuevo patrón de pensamiento y comportamiento se arraiga más profundamente en nuestra mente subconsciente, influyendo en nuestra percepción de nosotros mismos y en cómo nos relacionamos con los demás.
incluso si no experimentas emociones específicas al repetir afirmaciones, la repetición sigue siendo un método efectivo para que el subconsciente grabe la información. Este proceso se basa en el principio de que la repetición constante y consistente de ciertos pensamientos y acciones crea patrones neuronales en el cerebro, lo que refuerza y consolida esos mensajes en el subconsciente.
Por tanto, Aunque experimentar emociones asociadas a las afirmaciones puede acelerar el proceso de reprogramación, la simple repetición de pensamientos positivos y acciones deseadas también tiene un impacto. Con el tiempo, esta repetición crea nuevas conexiones neuronales que refuerzan los mensajes que estamos enviando a nuestro subconsciente, lo que nos acerca cada vez más a la manifestación de nuestros deseos y objetivos.
Recuerda que este método requiere tiempo y dedicación, pero los resultados pueden ser transformadores. Con paciencia y compromiso, podemos reprogramar nuestro subconsciente y crear la realidad que verdaderamente deseamos experimentar.
otro ejemplo de repetición es este:
«El proceso de aprender a conducir es un ejemplo destacado de cómo la repetición puede llevar a la automatización de acciones y cómo esto puede aplicarse para programar nuestra mente con nuevas acciones durante el día.
Al principio, cada paso para manejar un automóvil, como ajustar los espejos o cambiar de marcha, requiere una atención consciente y un esfuerzo mental considerable. Sin embargo, con la práctica regular y la repetición constante de estas acciones, se graban en nuestro subconsciente.
Cada vez que practicamos conducir, estamos fortaleciendo las conexiones neuronales asociadas con cada paso del proceso. Estas conexiones se vuelven cada vez más sólidas con la repetición, hasta que finalmente se vuelven automáticas.
Así como el manejo se vuelve casi instintivo con la práctica, también podemos programar nuestra mente con nuevas acciones al repetirlas regularmente durante el día.
Al practicar conscientemente nuevas acciones y pensamientos de manera regular, estamos creando nuevos patrones neuronales en nuestro subconsciente. Con el tiempo, estos patrones se arraigan profundamente en nuestra mente, convirtiéndose en una parte natural de nuestra forma de ser y actuando como guías automáticas para nuestras acciones diarias.»
Psicología energética:
La Psicología Energética, según la perspectiva de Bruce Lipton, integra la comprensión de la biología celular con los principios de la energía y la mente subconsciente para abordar los desafíos emocionales y mentales que afectan la salud y el bienestar de una persona.
Desde el punto de vista de Lipton, las células del cuerpo humano no solo responden a las señales químicas del entorno externo, sino que también son influenciadas por las señales energéticas y emocionales generadas por la mente subconsciente. Esta conexión entre la mente y el cuerpo sugiere que las experiencias emocionales y mentales pueden tener un impacto significativo en la salud física y el funcionamiento celular.
La Psicología Energética reconoce que las emociones y creencias negativas pueden causar bloqueos en el flujo de energía en el cuerpo, lo que a su vez puede afectar negativamente la salud y el bienestar. Por lo tanto, se centra en técnicas que trabajan para desbloquear y armonizar este flujo de energía, promoviendo así la salud integral.
Algunas de las técnicas más comunes utilizadas en la Psicología Energética incluyen la acupresión, la EFT (Técnica de Liberación Emocional), la Tapping (técnica de golpeteo) y otras formas de terapia energética.
Bruce comparte información sobre muchas formas de psicología energética en su sitio web (Psych-K, Técnica de Liberación Emocional, Theta Healing, Holosynnc) por nombrar algunos y sugiere que las diferentes modalidades y enfoques funcionan para diferente personas, por lo que es importante encontrar lo que funciona mejor para usted.
Estas técnicas están diseñadas para liberar y reequilibrar la energía bloqueada en el cuerpo, lo que puede llevar a una mejora en la salud física, emocional y mental.
En resumen, según Bruce Lipton, la Psicología Energética reconoce la interconexión entre la mente y el cuerpo, y utiliza técnicas para liberar bloqueos energéticos y promover la salud integral a través del equilibrio emocional y mental.
Eventos de alto impacto
De vez en cuando sucede algo que atraviesa por completo la burbuja de nuestra mente subconsciente y crea una ventana poderosa para el cambio holístico.
Estos eventos pueden venir en forma de aparente crisis (una enfermedad crónica, pérdida de un ser querido, emergencia mayor) o incluso una bendición (el nacimiento de un niño nuevo, o encontrarse con un alma gemela) el impacto de estos momentos es tan profundo que provocan una desviación completamente radical de nuestros programas y formas de ser normales.
Los eventos de alto impacto pueden dejar una huella profunda en nuestras creencias subconscientes debido a la intensidad emocional que generan.
Cuando experimentamos eventos emocionalmente cargados, como traumas, pérdidas significativas o experiencias extremadamente positivas, nuestras mentes tienden a grabar esas emociones y percepciones asociadas en nuestro subconsciente.
Esto sucede porque el subconsciente actúa como una especie de grabadora, registrando nuestras experiencias y emociones de manera automática y sin filtro. Estas experiencias emocionales intensas pueden moldear nuestras creencias sobre nosotros mismos, los demás y el mundo que nos rodea de manera duradera.
Por ejemplo, si experimentamos un trauma en la infancia, como el abandono o el maltrato, esas experiencias dolorosas pueden generar creencias subconscientes sobre nuestra valía, seguridad y capacidad para confiar en los demás. Estas creencias pueden persistir en el subconsciente a lo largo de la vida, influyendo en nuestra autoestima, relaciones interpersonales y comportamientos.
Del mismo modo, eventos de alto impacto positivos, como el éxito profesional o el amor incondicional, pueden generar creencias subconscientes positivas sobre nuestras capacidades y valía personal. Estas creencias pueden fortalecer nuestra autoconfianza, promover una visión positiva de nosotros mismos y aumentar nuestra capacidad para enfrentar desafíos futuros.
En resumen, los eventos de alto impacto tienen el poder de moldear nuestras creencias subconscientes al grabar emociones intensas y percepciones asociadas en nuestra mente subconsciente. Reconocer y comprender cómo estos eventos influyen en nuestras creencias puede ser el primer paso para reprogramar conscientemente nuestra mente y promover un mayor bienestar emocional y mental.
Otras formas de reprogramar el subconsciente Según el Dr. Joe Dispenza:
Dispenza enfatiza el poder de la meditación y la visualización para reprogramar el cerebro y el subconsciente. Esto implica entrar en un estado de relajación profunda y visualizar claramente el resultado deseado.
Práctica de la Gratitud:
Fomentar un estado mental de gratitud puede cambiar la percepción y las creencias subconscientes. Dispenza sugiere practicar la gratitud diariamente para reforzar patrones de pensamiento positivos. agradecer por lo que quieres, como si ya lo tuvieras!
Práctica de la Atención Plena (Mindfulness):
Estar presente en el momento presente y ser consciente de los pensamientos y emociones puede ayudar a identificar patrones negativos en el subconsciente y reemplazarlos con pensamientos más positivos y constructivos.
Afirmaciones Positivas:
Utilizar afirmaciones positivas y declaraciones de intención para reprogramar las creencias subconscientes. Repetir afirmaciones relacionadas con el cambio deseado puede ayudar a reforzar nuevas creencias y patrones de pensamiento, pero debes agregar el sentimiento asociado, como si eso que afirmas ya fuera una realidad en tu vida.
Visualización Creativa:
Utilizar la imaginación para visualizar claramente los objetivos y deseos como si ya se hubieran logrado. Esto ayuda a programar el subconsciente para aceptar estos resultados como una realidad.
Cambio de Patrones de Pensamiento:
Identificar y cambiar patrones de pensamiento negativos o limitantes mediante la práctica consciente y la sustitución de esos pensamientos por pensamientos más positivos y empoderadores.
Hipnosis y Reprogramación Subconsciente:
Utilizar técnicas de hipnosis y programación neurolingüística (PNL) para acceder al subconsciente y reprogramar creencias arraigadas.
Cambiar la química cerebral:
Modificar la química cerebral a través de la alimentación, el ejercicio y la gestión del estrés.
Epigenética:
Influir en la expresión de los genes a través de las experiencias y el estilo de vida.
Elevar la vibración emocional:
Enfocarse en emociones positivas como la alegría, el amor, la gratitud y la paz.
Liberar emociones negativas:
Perdonar, dejar ir el pasado y sanar las heridas emocionales.
Conectar con el Ser Superior:
Experimentar una conexión profunda con algo más grande que uno mismo.
Meditación:
El Dr. Joe Dispenza recomienda la meditación como una forma de reprogramar el subconsciente. De hecho, es un aspecto central de su filosofía y de sus enseñanzas.
Dispenza argumenta que la mente subconsciente es la que controla el 90% de nuestros pensamientos y comportamientos, y que está programada por nuestras experiencias pasadas, creencias y hábitos. A través de la meditación, podemos acceder al subconsciente y reprogramarlo con nuevos pensamientos, creencias y patrones de comportamiento más positivos y alineados con nuestros objetivos.
Meditación de atención plena:
Esta técnica implica enfocar la atención en el momento presente, sin juzgar los pensamientos o las emociones que surjan. Esto ayuda a crear conciencia de los patrones de pensamiento subconsciente y a empezar a liberarse de ellos.
Meditación de visualización:
Esta técnica implica crear imágenes mentales vívidas de los objetivos que se desean alcanzar. Esto ayuda a programar el subconsciente para creer que estos objetivos son posibles y a atraerlos a la vida.
Meditación de afirmaciones:
Esta técnica implica repetir afirmaciones positivas en voz alta o en silencio. Esto ayuda a reprogramar el subconsciente con nuevos pensamientos y creencias de apoyo.
Dispenza también enfatiza la importancia de la neuroplasticidad, que es la capacidad del cerebro para cambiar y adaptarse. Según Dispenza, la meditación puede ayudar a aumentar la neuroplasticidad, lo que hace que sea más fácil reprogramar el subconsciente.